Pensaba haber llegado al cénit de mi crecimiento espiritual a los 64 años, hasta que leí el libro de Richard Rudd. No es sólo uno de los mejores libros espirituales que he leído en mi vida, probablemente es el mejor de todos ellos.
Los cambios de la vida suceden mientras lees y contemplas profundamente lo que Richard dice y todo lo que ello conlleva. Ni prácticas prolongadas, ni técnicas.